Durante este puente de mayo hemos realizado una peregrinación a Fátima todo el Seminario.
Han sido días de recogimiento y oración, conociendo más el mensaje que la Virgen quiso dar al mundo a través de tres sencillos pastores. Hemos podido contemplar el camino de amor de Cristo en el Via Crucis por el valle portugués, celebrar la Eucaristía junto a miles de peregrinos en la explanada y rezar a una sola voz el Rosario que nuestra propia Madre nos pidió. Las antorchas ardían al mismo tiempo que los corazones.
Tampoco faltaron momentos de fraternidad entre los seminaristas en un ambiente distinto, fortaleciéndose la amistad que es fundamento del futuro presbiterio madrileño.
En definitiva, una peregrinación para recordar que hace 100 años María se apareció a tres niños para transmitir el mensaje tan nuevo (y al mismo tiempo tan viejo) de su Hijo: “convertíos”, “Yo he vencido al mundo”.