Saltar al contenido
Seminario Conciliar de Madrid
  • ¿Quiénes somos?
    • El rector y los formadores
    • Los seminaristas
  • Día a día
    • ¡Ven a adorarle!
    • La revista
    • Nuestra Biblioteca
    • Cine-Sala Toribio
    • Café y Compañía
  • La Vocación
    • Introductorio
    • Testimonios de seminaristas
      • El Fotomatón
    • Testimonios de sacerdotes
    • Preguntas y respuestas
  • Contacto
  • Ayúdanos
Búsqueda en el sitio

26 noviembre 2019

“Algunos ponderaban la belleza del templo”

Por Miguel Ángel T.

Señor mío y Dios mío. Casi dos mil años después aún no hemos entendido tu Evangelio, o lo que es lo mismo, no te hemos entendido a Ti. Cuantas veces nos fijamos en lo externo, lo que podemos considerar bello: un iglesia, una capilla o hasta un mismo sagrario. Y no nos damos cuenta que en cualquier sitio ahí estás Tú: ahora mismo, aquí presente, para que podamos adorarte. En los sagrarios abandonados que recupero San Manuel González. También en el más pequeño y no tan bello de ellos y hasta el más majestuoso siempre estás Tú y a veces pasamos de Ti. Mi pregunta esta noche es: ¿Dónde puedo encontrar la belleza, Señor?. Y me dices que muy bien a todo lo anterior, pero que busque otros sagrarios: en el anciano solitario, en la mujer que ejerce la prostitución, que ahonde más en el enfermo del hospital, que nadie va a verle e incluso en el encarcelado, que no hizo bien en su vida. Me dices que son sitios y situaciones terribles por los que nadie debería de pasar. Pero me recuerdas, como en el Evangelio, que todo eso pasará. Y es ahora, Señor, que caigo y me doy cuenta que ellos son los más bellos sagrarios, pues en ellos estás siempre Tú.                        Con todo esto, Señor, me haces recordar a Santa Teresa de Jesús:

“Nada te turbe,
Nada te espante,
Todo se pasa,
Dios no se muda.
La paciencia
Todo lo alcanza;
Quien a Dios tiene
Nada le falta:
Solo Dios basta.”

Gracias Señor y también gracias Santa Teresa porque hoy descubro la gran belleza en la que “Sólo Dios Basta”.

“Muchos vendrán diciendo ¨Yo soy¨”

Por Diego G.

Hoy nos adviertes de que muchos se harán pasar por grandes salvadores, por defensores de la verdad, por protectores del género humano, que con gran grandilocuencia y vehemencia sostendrán que ellos no caerán, para seguridad nuestra.
No se trata de superhéroes de Marvel o de cuentos infantiles. Se trata de algo muy actual; echa una mirada en torno y observa. Cuántos anuncios se ofrecen como garantía del éxito: un coche, un perfume, un reloj. Piensa sino en el afamado estado de bienestar, cuyo fin último es que yo esté bien, yo soy la meta de todo el progreso. Así mismo, fíjate en cómo cada partido político se propone como máximo defensor de la verdad y el bien común; apariencia de mesianismo. Otro ejemplo más, la moda, vestir a la última para que no me tachen de pobre o desfasado, o tener el último móvil, para poder decir yo soy la moda encarnada.
¿Cómo resuena ahora eso de “muchos vendrán en mi nombre diciendo “Yo soy”? EL Evangelio es perfectamente actual, como ves. Cabría una última pregunta: ¿Cómo distinguir al verdadero Mesías entre tanta reclamación de la verdad como posesión particular?
Lo tienes delante. Mírale, crucificado y glorioso, con el subtitulo “Yo soy”. Sintoniza tú corazón con el Evangelio: amar a Dios y a tu hermano, al pobre, al que te daña; ser sencillo y discreto, humilde; permanecer confiado en Dios, destinándolo todo en sus manos y aguardando a que Él haga otra de las suyas. Si verdaderamente deseas distinguir a Cristo entre tal marabunta de salvadores sólo hay un camino. Sintoniza tu corazón con el Evangelio, y entonces leerás con claridad el subtitulo “Yo soy”.
Te ruego, mi Cristo, que nos ayudes a mis hermanos y a mí, a sintonizar esta vieja radio, para que todo mi ser apunte hacia Ti, para que sólo pueda escuchar Tus palabras de Vida, para que te anhele, para que te desee.

 

Seminario de Madrid

Seminario de Madrid

¡Síguenos en redes sociales! →

facebook-logo   logo-youtube   logo-de-insta

Tema por Colorlib Funciona con WordPress