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Oración 08 Enero 2019

EVANGELIO

Del evangelio según san Marcos (6,34-44):

En aquel tiempo, Jesús vio una multitud y le dio lástima de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor; y se puso a enseñarles con calma.
Cuando se hizo tarde se acercaron sus discípulos a decirle: «Estamos en despoblado, y ya es muy tarde. Despídelos, que vayan a los cortijos y aldeas de alrededor y se compren de comer.»
Él les replicó: «Dadles vosotros de comer.»
Ellos le preguntaron: «¿Vamos a ir a comprar doscientos denarios de pan para darles de comer?»
Él les dijo: «¿Cuántos panes tenéis? Id a ver.»
Cuando lo averiguaron le dijeron: «Cinco, y dos peces.»
Él les mandó que hicieran recostarse a la gente sobre la hierba en grupos. Ellos se acomodaron por grupos de ciento y de cincuenta. Y tomando los cinco panes y los dos peces, alzó la mirada al cielo, pronunció la bendición, partió los panes y se los dio a los discípulos para que se los sirvieran. Y repartió entre todos los dos peces. Comieron todos y se saciaron, y recogieron las sobras: doce cestos de pan y de peces. Los que comieron eran cinco mil hombres.

 

 

MEDITACIONES

“Dadles vosotros de comer”

Envía Señor tu Espíritu a nuestros corazones para que esta oración sea para el provecho de nuestras almas y siempre para tu gloria.

Buenas noches Jesús:

Que pocas palabras te hacen falta para mostrarme la realidad en la que vivo y hacia donde me debo dirigir. Esta vez, únicamente cuatro: “Dadles vosotros de comer”.

Me imagino que soy uno de los discípulos que escucha estas palabras, después de un largo día remando para poder descansar en un lugar tranquilo. Un lugar que no encontramos a causa de la multitud que te sigue, y nos dices: “Dadles vosotros de comer”.

Si tuviera fe como un grano de mostaza ¿Acaso hubiera interpretado unas indicaciones tan claras? “Dadles vosotros de comer”. Pero soy pobre Señor… ya sabes que ni eso poseo, y es entonces cuando interpreto tus palabras, las encierro en mi entender y te pregunto “¿Vamos a ir a comprar doscientos denarios de pan para darles de comer?”.

La verdad es que no me entero de nada Señor, pero Tú me haces ver… Que no soy yo sino Tú el que das de comer; pero te quieres valer de nosotros. Y no solo eso, sino que quieres hacer patente mi nada ¡para mostrar tu grandeza!

De cinco panes y dos peces das de comer a miles de personas. Parece que cuanto menos se tiene, en tus Manos, a más se llega. Y ahora te pregunto ¿A cuántos alimentas con un solo trozo de pan? ¿Qué gracias recibimos por tenerte aquí presente, en la Eucaristía? Si comprendiera un poco Señor ¡Haz que comprenda! Sí, Señor, que comprenda que si me dejo hacer, si me pongo en tus manos ¡de mi nada harás cosas grandes!

Y ahora, volviendo otra vez a estas cuatro palabras, “Dadles vosotros de comer”, el “vosotros” el que me llama la atención, pues aunque te quieres valer de cada uno de nosotros particularmente, solo siendo un nosotros, siendo Iglesia podré y podremos dar de comer. ¡Qué bueno eres Jesús! Por sacarme una y otra vez de mi mismo.

Que pocas palabras te hacen falta para mostrarme la realidad en la que vivo y hacia donde me debo dirigir. Y es que en realidad cuatro palabras son muchas, porque “una sola Palabra tuya, bastará para sanarme”.

María, ejemplo de obediencia y confianza, enséñame a ponerme en las manos de tu Hijo, levanta mi vista y enséñame a decir desde lo más profundo del corazón “Hágase”.


 

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