EVANGELIO
Del evangelio según san Lucas (1,67-79):
EN aquel tiempo, Zacarías, padre de Juan, se llenó de Espíritu Santo y profetizó diciendo:
«“Bendito sea el Señor, Dios de Israel”,
porque ha visitado y “redimido a su pueblo”,
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas.
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
realizando la “misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza”
y “el juramento que juró a nuestro padre Abrahán” para concedernos
que, libres de temor, arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia, en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo,
porque irás delante “del Señor a preparar sus caminos”,
anunciando a su pueblo la salvación
por el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos por el camino de la paz».
CANCIONES
MEDITACIONES
“José, su esposo, que era justo y no quería denunciarla, decidió repudiarla en secreto”
por Héctor G. C..
Señor, cuántas veces actúo justamente, conforme a mis normas, prejuicios o estereotipos, a leyes impuestas, siempre teniendo las cosas claras. Actúo correctamente, sí, pero en función de lo que piensa el mundo, no como Tú deseas y esperas de mi vida.
Cuántas veces, Señor, me amparo, me agarro a primeras impresiones, a reglas que conozco, y me dan seguridad, me refugio en lo estable, en todo lo que me hace tener los pies en el suelo, pero con la mirada en mis pies, no en Tus caminos. Me aferro a lo de siempre, a lo conocido. Me aferro a mi imagen, al qué dirán, o a lo que siempre ha sido así. Al “por si acaso”.
Pero Tú, Señor, me sales al encuentro, me llamas a estar contigo, cada día. Porque, siendo sinceros, mis caminos aún no son Tus caminos. Igual que a José, a quien envías un ángel, a quien le das un toque de atención y le revelas Tu voluntad, también a mí me hablas. No a través de un ángel, o mandándome un whatsapp. Pero, si presto atención, podré oirTe lo suficientemente claro.
Señor, Tú me recuerdas, qué es lo verdaderamente importante, cuáles son mis aspiraciones más profundas, pues las conoces mejor que yo mismo. Hoy, una vez más, me recuerdas a quién he de poner en el centro de mi vida, sin importar mis normas o mis costumbres, sin importar el qué dirán, o el por si acaso: porque quien ha de estar en el centro de mi vida eres tú, Jesús, Dios-con-nosotros y, junto a Ti, Tu madre y nuestra madre, María.
Porque al margen de mis normas, me sigues invitando a acoger a Tu Madre. A acogerte en mi vida a Ti, Señor, y a amar como Tú nos amaste.
“El nacimiento de Jesucristo fue de esta manera”
por Álvaro T.
Oh Dios q majestuoso eres, infinito amor, infinita misericordia, ante ti nos postramos con nuestra vida, nuestras debilidades, nuestras cosas buenas, nuestros problemas, nuestros planes.
Que vidas nos has regalado Señor, gracias, pero q miseria escondemos bajo una máscara de apariencia, que débiles somos mi Señor. Queda menos de una semana para navidad y aquí me tienes, se me ha vuelto a pasar el adviento sin enterarme, peco sin parar, y poco a poco me voy alejando de ti!
Que insignificantes son todos mis planes y proyectos, que miserables son! Y sigo igual de cabezota, no me creo q tus planes sean mejores, no me creo que cargando mi cruz, tu estés conmigo, que estudiar cuando no me apetece me acerque a ti, que la entrega completa a Ti me valla a hacer feliz. Prefiero estar tumbado en el sofá de mi casa viendo netflix y comiendo una pizza.
Pero tú Señor ya me has enseñado muchas veces que tus planes para mí, son lo mejor que me puede pasar en esta vida. Ya me lo demostraste cuando fui a peru de misión, Señor que cansado estaba, pero que feliz era. Y me lo sigues demostrando en estos tres meses que llevo aquí viviendo, que pequeño soy pero que feliz me haces.
Al igual que maria y San José te pido ser obediente con tu voluntad, aceptarla sin rechistar reconociendo mi pobreza y darme cuenta que sólo tú, Jesucristo, vas a colmar mi corazón. Solo tú vas a saciar ese deseo de infinito, solo tú Señor vas a hacerme faro que alumbre a toda persona.
Quieres nacer en mi corazón, quieres q todo mi ser, única y exclusivamente sea para servirte y alabarte para que así mi alma, algún día participe de tu gloria.
Señor mio y Dios mío algún día miraré Hacia atrás y diré:
El nacimiento de Jesucristo en mi vida fue de esta manera…