Saltar al contenido
Seminario Conciliar de Madrid
  • ¿Quiénes somos?
    • El rector y los formadores
    • Los seminaristas
  • Día a día
    • ¡Ven a adorarle!
    • La revista
    • Nuestra Biblioteca
    • Cine-Sala Toribio
    • Café y Compañía
  • La Vocación
    • Grupo de discernimiento vocacional
    • Testimonios de seminaristas
      • El Fotomatón
    • Testimonios de sacerdotes
    • Preguntas y respuestas
  • Contacto
  • Ayúdanos

03 diciembre 2019

“Gracias, Padre, porque has escondido estas cosas a los sabios”

Por Óscar Jesús C.

Gracias, Padre, porque has escondido estas cosas a los sabios y se las has revelado a los pequeños…

Mi pequeño:
A través de tus debilidades, en tu pobreza, actúo con mi poder;
y lo que no puedas hacer con tus fuerzas, seré Yo quien lo haga. Tan solo confía en Mí.

Señor:
Dame tu gracia para confiar, para no desanimarme por mis errores,
aunque a veces sean humillantes y dolorosos.
Mira que los niños caen con frecuencia y no se hacen daño,
ya que no lo hacen desde una gran altura (la altura del orgullo y la autosuficiencia),
y, además, se levantan enseguida para lanzarse a los brazos de sus padres y retomar su camino.

Ser pequeño, Señor, es hacerme grande en Ti:
no es juzgarme ni menospreciarme. No es decirme a mí mismo que no valgo nada,
o que soy un inútil… es aceptarme tal y como soy, para ser en Ti.

Acepto mi pequeñez, Señor, mis límites físicos, mi falta de valor y mi pecado,
mi dificultad para rezar, todas mis debilidades materiales, psicológicas y espirituales…
Admito mi pobreza y pido tu gracia para aceptarla, para aceptar plenamente mi historia,
mi pasado, mis errores, mi físico, mi psicología, mis debilidades…
pequeño y pobre soy, dependiente de tu Gracia.

Señor de la ternura, porque eso es lo que me comunicas aquí, esta noche: ternura…
hecho Eucaristía de Amor;
y es esa ternura que me transmites aquí y ahora, la única que da fuerzas a mi ternura,
hacia Ti y hacia los demás, de la mano de la más tierna Madre, María.

Y escondido, Señor, detrás de ese trozo de pan, que eres Tú mismo en persona,
susurras a lo profundo de mi corazón:
“Como una madre acaricia a su hijo, así os consolaré yo;
os llevaré en mis brazos y sobre mis rodillas os meceré”.

Dame la gracia para comprender, que si yo me siento fuerte y autosuficiente,
si no soy pequeño, no podré tener la experiencia de tus bellas caricias, Señor.

“Aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar”

Por Álvaro P.

Hola Señor. ¿Quien soy yo Señor, para que esté aquí ante Ti? Que privilegio.

Señor te me vas revelando poco a poco, gota a gota… A veces no entiendo, soy impaciente lo quiero todo ya, y no solo eso quiero ser perfecto ya….
Señor tu sabes bien, mejor que yo, el momento por el que paso. Bien conoces como estoy.
Me has derrumbado. Y aquí me tienes sin saber que he de hacer.

Pero esta tarde, Señor, venía pensando: a quien voy a acudir sino es a Ti. Quién me ha revelado su Amor. Quién me ha mostrado todo lo que me ama, quién ha estado conmigo en todo momento, con quién no me siento juzgado, sino amado… CONTIGO, AMIGO MÍO.

Te pido, Señor, que habiéndome elegido, para ser hijo Tuyo, me des paciencia y esperanza.

Oh Señor, gracias amigo mío, te alabaré mi Dios. Que bueno eres conmigo, ¿que haría yo sin Ti?

 

Seminario de Madrid

Seminario de Madrid

¡Síguenos en redes sociales! →

facebook-logo   logo-youtube   logo-de-insta

Política de Privacidad
Aviso Legal
Política de Cookies
Tema de Colorlib. Funciona con WordPress.